jueves, 11 de agosto de 2011

Comparecieron ante la noche,
declararon la desolación
ante las plausibles maravillas modernas,
Censuraron la transformación de sus cuerpos
cubiertos en un espasmo violento,
acaecido en las más bellas ruinas
 donde las pasiones cobran fuerza.

Los arreboles de mi alma ibanse acercando
le rozaban al cielo  la entrepierna
encapotado de silencio parecía irse,
se encaminaba a la caída de un Dios,
apenas estuvo dentro,
sintió embargar todos los sentidos
a la estancia de un vientre ferviente.

Rasgos de Flora son sus espaldas,
natural anatomía, vino de antaño
ojos de polvo, ceguera infame,
sed y mal, paradoja del mundo.

Piedras humanas inescrutables,
rara mezcla de venas y sangre
inserta en el pecho del hombre,
la más sólida, la más hueca siempre.

Terrible muerte a la eternidad,
sodomía al monte de Venus
sucedida en pelvis de cristal,
perla negra coronada de laurel .